Instantes que se vuelven eternos

Mi madre siempre me ha dicho que la gratitud es fundamental en la vida. Y ayer fue el último día de descanso de las vacaciones de fin de año, siento la necesidad de expresar mi profundo agradecimiento por todo lo vivido.

Han sido días llenos de momentos especiales: la cálida convivencia familiar, las deliciosas comidas que compartimos, la alegría de recibir y dar detalles, las carcajadas que llenaron el aire, incluso las lágrimas que, en ocasiones, nos recordaron la fragilidad de la vida.

Agradezco el aprendizaje que me han dejado estos días, la compañía de personas maravillosas, los abrazos que me reconfortaron, las muestras de cariño y los besitos... bueno, esos mejor no los contamos 😉. Y qué decir de la avalancha de memes que inundaron nuestros teléfonos, ¡imágenes y chistes que nos hicieron reír sin parar!

Gracias a todos los que estuvieron presentes en estos días, llenándolos de significado. Gracias también a quienes, a la distancia, me enviaron sus saludos y buenos deseos para disfrutar de este fin de año.

Al despedirme de este año que termina con unas vacaciones cortitas, me invade una profunda emoción. Llevo conmigo la certeza de que la vida está hecha de instantes, instantes que se vuelven valiosos cuando los compartimos con quienes amamos. Y es en la gratitud donde encontramos la clave para valorar cada uno de esos instantes, por pequeños o fugaces que parezcan. Gracias, de corazón, por hacer de este 2024  un recuerdo imborrable. ¡Les deseo un próspero y feliz 2025!